El pasado 15 de junio, una fecha que no se nos olvidará tan fácilmente 34 policías muertos y nos se sabe a ciencia cierta cuantos de nuestros hermanos indígenas fallecieron, en la hoy, famosa, pero terrible Curva del Diablo.
La derogación de los decretos legislativos 1090 (que norma la ley forestal y de fauna silvestre) y el 1064 (que aprobó el régimen jurídico para el aprovechamiento de las tierras de uso agrario) es la conclusión de todo este masacre humana, de la trágica muerte de policías e indígenas, de una serie protestas en las comunidades amazónicas. Y de una realidad que pareciere, está fuera de nuestras manos.
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